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Cátedra de la Paz

 

La cátedra de la paz es una iniciativa que busca trabajar desde las instituciones educativas en pro de ambiente pacíficos, según el mismo Decreto 1038 “fomentando el proceso de apropiación de conocimientos y competencias relacionados con el territorio, la cultura, el contexto económico y social y la memoria histórica, con el propósito de reconstruir el tejido social, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución”.

Los contenido de la catedra para la paz se dividen en:

 

Cultura de la paz: se entiende como el sentido y vivencia de los valores ciudadanos, los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario, la participación democrática, la prevención de la violencia y la resolución pacífica de los conflictos.

 

Educación para la paz: se entiende como la apropiación de conocimientos y competencias ciudadanas para la convivencia pacífica, la participación democrática, la construcción de equidad, el respeto por la pluralidad, los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario.

 

Desarrollo sostenible: se entiende como aquel que conduce al crecimiento económico, la elevación de la calidad de la vida y al bienestar social, sin agotar la base de recursos naturales renovables en que se sustenta, ni deteriorar el ambiente o el derecho de las generaciones futuras a utilizarlo para la satisfacción de sus propias necesidades, de acuerdo con el artículo 3 de la Ley 99 de 1993.

Documentos

Ley 1732

Cátedra de la Paz

1 de septiembre 2014

Decreto 1038

25 de mayo 2015

El Presidente de la República Juan Manuel Santos, en compañía de la Ministra de Educación Gina Parody y el Presidente de la Confederación Colombiana de Consumidores Ariel Armel Arenas, firmaron el decreto que reglamenta la Ley 1732 de 2015 correspondiente a la implementación de la Cátedra de La Paz en todos los establecimientos educativos de preescolar, básica y media de carácter oficial y privado.

Historia

 

En 1967  Ariel Armel Arenas en compañía del señor general de división José Joaquín Matallana Bermúdez quien comandaba la sexta brigada para ese momento, a petición del entonces presidente de la nación Carlos Lleras Restrepo, empiezan una peregrinación por varias de las escuelas del departamento del Tolima.

El general Matallana relataba sus hazañas y experiencias en combate con aquellos grupos de guerrillas que atormentaban la paz de este departamento, mientras tanto el encargado de exponer la necesidad de enseñar sobre la ardua labor que se debía emprender para lograr la paz y todo que esto significaba ante los profesores y estudiantes  era Ariel Armel Arenas.

 

Este fue el inicio de la hoy llamada catedra para la paz, por desgracia esta gestión paso desapercibida sin anuncio ni protocolo, pues lamentablemente para ese entonces el general Matallana era el principal objetivo militar de los grupos insurgentes.

 

Años después dentro de la comisión para la paz constituida por el presidente Belisario Betancourt, de la cual Ariel Armel Arenas era miembro y era quien se encargaba de insistir constantemente en la importancia que tenía el inculcarle a los jóvenes  las instrucciones cívicas y las normas del buen comportamiento de la sociedad y de la familia las cuales era un gran sustento para la paz en sociedad.

 

Seria en 1990 durante el debate para la creación del documento correspondiente a la constitución de 1991, donde Ariel Armel Arenas invitado por Alfonzo Palacios Rueda harían sonar los pilares de esta constitución, que a su vez son los mismos pilares de la catedra para la paz:

  • Igualdad.

  • Respeto por los derechos humanos.

  • Participación ciudadana.

  • Justicia social.

  • Una prospera economía.

 

Los años pasaron y sería entonces el presidente Juan Manuel Santos el encargado de revivir la catedra para la paz como parte fundamental y necesaria del proceso de paz que inicio durante su actual gobierno, apoyado por el congreso de la república y en nombre del amor y el gran orgullo que representa el ser colombiano.

 

 

 

 

Agradecimientos a: 

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Laura Romero & Andrés Hernandez 
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